El pasado lunes una fábrica situada en la ciudad de Campinas, en Brasil, y que pertenecía al gigante coreano Samsung, fue asaltada y robada a punta de pistola. De acuerdo con lo informado por ZDNet, cerca de 20 hombres disfrazados como trabajadores de la fábrica se colaron en la misma durante el cambio del turno de noche. Un poco después de medianoche, los criminales retuvieron como rehenes a unos pocos empleados de Samsung y comenzaron a saquear la fábrica. Los empleados que no estaban retenidos siguieron trabajando, pero les habían quitado las baterías de los teléfonos móviles. Los asaltantes se marcharon con siete camiones llenos con productos electrónicos, llevándose un botín estimado en 36 millones de dólares en ordenadores portátiles, tablets y smartphones.
Por suerte durante las tres horas que duró el robo no se hirió a nadie, y en Samsung están trabajando activamente con la policía para evitar que algo similar vuelva a suceder. Desde la fábrica han declarado lo siguiente:
Estamos muy preocupados por este incidente. Afortunadamente, nadie resultó herido. Estamos cooperando en la investigación policial que está en marcha, y haremos lo que podamos para evitar que un incidente como este suceda de nuevo.
La policía ya tiene su primera teoría. Desde las fuerzas de seguridad brasileñas se cree que el golpe fue un trabajo gestado desde dentro de la empresa, debido por un lado al conocimiento que los ladrones tenían de la localización de los aparatos robados y del acceso que tenían a la fábrica.
A lo largo de los años, los dispositivos Samsung se han convertido en aparatos codiciados entre gran parte de los usuarios y la comunidad tecnológica en general. No es la primera vez que se da un incidente similar, ya que algo similar ocurrió en Estados Unidos en el año 2012 con el asalto a varias tiendas de la operadora estadounidense T-Mobile.
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